Os dejamos la entrevista de Juan Peregrina Martín a Sandra Clavel, que con Reconexión trata de hacernos ver los beneficios de una alimentación sana, así como el respeto por los animales.
- Reconexión es un título muy directo: ¿de qué nos hemos “desconectado”, Sandra?
En principio pienso que nos hemos ido desconectando poco a poco sin darnos cuenta según hemos ido creciendo, hasta tal punto que muchas personas adultas no saben si quiera que hayan sido cambiadas. Sin muchos saberlo nos hemos llegado a desconectar del respeto hacia nosotros mismos y en segundo lugar nos han hecho desconectarnos de la compasión que todos llevamos dentro. Paradójicamente hay miles de personas que no les importa su propia salud y mucho menos lo que provocan al consumir sin pensamiento alguno cuando en realidad sí que les importa pero no lo llevan a cabo.
- En la presentación del libro hubo gente que se sorprendió que con tu edad, 22 años, estuvieras preocupada por ciertos temas: ¿cuáles serían los principales del libro?
En primer lugar lo que más he querido destacar del libro es el cariño y sobre todo el respeto que debemos tenernos a nosotros mismos en cuanto a nuestra alimentación por ejemplo, ya que gracias a ella nuestro cuerpo sigue con vida, porque eso es lo que quiero que el lector valore, que se valore. Ya que una vez que una persona comienza a valorarse a sí misma su perspectiva de vida comienza poco a poco a cambiar hasta tal extremo que su vida directamente cambia para mejor en muchos aspectos.
- ¿Qué es lo que no soportas de la sociedad en la que vivimos y denuncias en el libro?
Intento hacer comprender que sin quererlo se ha creado una sociedad llena de personas estresadas, muchas sin paciencia, unas con prisas, otras materialistas, y egocéntricas incluso… Dudo mucho que las personas hayan nacido así, opino que tampoco estas características lleguen a ser culpa de los mismos ya que estos comportamientos son debidos a una vida completamente paralela a lo que nosotros como seres libres necesitamos, es decir, una vida mecanizada. Estudiar en la mañana y hacer deberes en la tarde, clases particulares, luego viene trabajar suponiendo un estrés continuo, atender en el hogar, seguir las modas, los horarios laborales etc… Es decir como seres libres que somos nuestros cerebros no están acostumbrados a estar automatizados de esa forma, es por eso por lo que se crea la indiferencia, impaciencia y un sinfín de características que en nosotros de forma natural no son caracteres comunes y de eso la sociedad debe darse cuenta.
- ¿Crees que hay manera de evitar lo que criticas?
Personalmente pienso que el libro es uno de los pocos que hace plantearnos qué hemos venido a hacer durante nuestro paso por la vida, doy mi punto de vista sobre una sociedad que para nada tiene que ver con lo que verdaderamente somos y representamos. Quise criticar a la población para ver su reacción, que el lector se enfrente a mis pensamientos y se pregunte si el mismo forma parte de esa sociedad que menciono, quiero que se plantee cuestiones, que se pregunte a sí mismo, para que así pueda llegar a comprender hasta dónde hemos llegado y si está dispuesto a no formar parte de una sociedad mecanizada.
- ¿Qué ideas fundamentales quieres compartir con los lectores y lectoras?
He querido compartir muchísimas cosas, de hecho todos los capítulos tienen experiencias personales mías, hasta los 21 años mi vida ha sido una continua montaña rusa que he querido plasmar en un libro para que todas mis experiencias lleguen a ayudar a otras personas con su aprendizaje personal.
- ¿Puedes definir qué es el veganismo para quien no lo sepa?
Es una filosofía de vida que conlleva a no consumir productos de origen animal, ya sean carnes, lácteos, huevos, miel, lanas, cueros, plumajes… Las personas que siguen esta forma de vida tampoco asisten a corridas de toros, zoológicos, acuarios… No compran productos de marcas que ejerzan pruebas innecesarias de experimentación con animales en laboratorios, es decir excluir totalmente a los animales de nuestra vida. Como humanos que somos valoramos infinitamente nuestra vida, pero al mismo tiempo la sociedad no valora la vida de los animales, las personas normalmente aman a los animales esa es la paradoja. Por ejemplo a todos nos encantan los perros pero si pagamos a empresas para que nos asesinen a otros animales y nos los pongan en bandejas no tiene sentido. Todos ellos sienten y valoran su vida tanto como nosotros valoramos la nuestra, no es necesario que por nuestros hábitos y tradiciones se asesinen a sesenta y dos mil millones de animales cada año ya que de hecho, tanta explotación está teniendo un gran nivel de impacto en el planeta bastante alarmante en cuanto a polución, cambio climático y contaminación. A todas las personas nos importa el sufrimiento ajeno, por eso debemos valorar el llevar una vida sin provocar ningún tipo de sufrimiento innecesario ya que amplia nuestra capacidad de compasión y respeto.
- ¿Cómo empezaste a defender apasionadamente a los animales, o cómo nos olvidamos nosotros de ellos? En el libro haces mención a nuestra edad: de pequeños todos respetábamos a los animales.
Siempre me consideré una gran amante y defensora de los animales, he estado colaborando en refugios de animales de sol a sol sin querer nada a cambio y demás actividades. Hasta que un día en una red social observé un video de uno de los mayores activistas veganos llamado Gary Yourofsky y el video se titulaba “el mejor discurso que jamás escucharás”, por curiosidad le di a reproducir y este hombre en solo una hora y cuarenta minutos destapó totalmente la trampa que la industria alimentaria esconde haciendo un resumen de lo que le sucede a nuestro cuerpo cuando consumimos productos de origen animal, él cómo tratan a los animales y el impacto medioambiental que produce. De pequeños a muchos de nosotros con los compañeros del colegio nos llevaban a santuarios de animales y teníamos contacto con ellos para que desarrollásemos cariño y respeto hacia todos ellos, cerdos, vacas, gallinas y las crías de los mismos, poníamos nuestros oídos en sus pechos y escuchábamos como sus corazones latían igual que los nuestros. A todos nos volvían locos los animales, pero la cosa cambió cuando con el tiempo la televisión solo muestra lo que le interesa mostrar, los hábitos de vida de nuestros padres se convierten en los nuestros, el supermercado hace aún más fácil que esto sea difícil de evitar. No está en nuestra naturaleza querer verlos sufrir, no es culpa nuestra la indiferencia que hemos llegado a adquirir hacia ellos pero en estos tiempos ya es responsabilidad nuestra arreglarlo y trabajar con nuestra persona para que nuestros pensamientos concuerden con nuestras acciones.
- Algunas personas creen que es demasiado extremo hacerse vegano o vegana. ¿Puedes aclarar lo que necesitamos y lo que podemos suprimir de la alimentación cotidiana?
Normalmente las personas que declaran que es extremo son normalmente personas que se centran únicamente en sí mismas (esto ocurre de nuevo por los hábitos y las tradiciones), y luego están las personas que no lo consideran extremo porque se centran principalmente en la vida de esas víctimas. Por ejemplo ¿Qué es más extremista arrancar una manzana de un árbol o pagar de forma despreocupada para que nos asesinen a un ser que siente? Puede parecer un estilo de vida inalcanzable ya que hemos sido educados para consumir productos de origen animal, y lo peor es que nos volvimos adictos a esos sabores, porque cuando una acción es repetida y normalizada puede parecer imposible cambiarla, pero en sí es fácil, se trata solo de experimentar nuevas comidas y productos que formen nuevos hábitos hasta que se vuelvan sencillos y rutinarios, la parte más difícil es enfrentarnos cara a cara con el lado más oscuro de la humanidad y tratar de mantener la esperanza, para entender que si somos buenas personas no participamos en la violencia hacia los animales por conveniencia. Las grandes empresas y los medios de comunicación nos han estado engañando toda la vida pensando que es normal dañar a otros, corrompieron nuestras mentes y nos dieron justificaciones para que dejásemos de pensar en ellos. Los anuncios de hoy día engañan para que compremos productos que nos enferman y a la vez destruyen al planeta. Cuando te das cuenta de lo que estamos provocando piensas que has descubierto un secreto que el mundo debe conocer. Se dice que el conocimiento es agridulce, porque por un lado es maravilloso saber la verdad, y compartirla, pero también es desesperante descubrir cuán cruel e ignorante puede ser nuestra especie. Aun así no hay razón para dejar de hacer lo correcto, esta filosofía enseña a ver más allá de nosotros mismos. Incluso si fuésemos pocas personas en contra del mundo entero, la verdad sigue siendo verdad. Debemos inspirar nuestra compasión a través de una comprometida pasión por hacer que no seamos una humanidad egoísta. En este mundo hay mucha maldad e injusticia pero no nos debe entristecer, ya que debe provocar que resurja nuestra capacidad de ayudar a los más indefensos. El veganismo no es una simple dieta, es la diferencia entre la esclavitud y la libertad, entre tortura y paz, entre muerte y vida. Somos responsables de todo lo que ocurra en el mundo tanto bueno como malo. De modo que quienes piensen que puede ser difícil ser vegano directamente tendrían que pensar en lo difícil que es para los animales el que una gran parte de la humanidad no lo sea.
- Hay también una defensa apasionada de la responsabilidad en el uso de las drogas naturales. ¿Puedes ampliar esta idea para quien se acerque a tu libro?
Todos sabemos lo que son las drogas, sabemos que la cocaína, la heroína, el alcohol, el tabaco etc… son perjudiciales para la salud ya que nos destruyen la mente y el cuerpo hasta tal punto que por debilidad en muchos casos acaba costando la propia vida. Las sociedad conoce el lado oscuro de las drogas pero ¿Y el lado bueno? La gran mayoría de las personas desconocen que existen sustancias totalmente naturales presentes en la naturaleza que son buenas para mejorar nuestra capacidad de comprensión y expansión de la mente, las raíces de ciertas plantas contienen dimetiltriptamina, las setas alucinógenas contienen psilocibina y psilocina, el peyote mezcalina, todas ellas son sustancias buenas para cambiar rotundamente las perspectivas de vida hacia algo mucho mejor de lo que éramos antes. Describo numerosas experiencias personales donde me adentro durante unas horas a un mundo donde nos podemos ver por dentro y saber de qué estamos hechos a la vez que se comienza a reestructurar zonas dañadas en el cerebro creando incluso más neuronas y desbloqueando traumas o miedos de la propia persona dándole capacidades psíquicas que antes no existían. Jamás podría recomendar una sustancia que dañe la mente o el cuerpo, pero sí recomendar sustancias que puedan hacer que la vida de una persona dé un giro de trescientos sesenta grados en tan solo unas horas.
- ¿Cómo definirías un libro como Reconexión, en qué género lo incluirías?
En una palabra lo defino como atrevido, ya que es uno de los pocos libros que dan una información tan explícita sobre nuestra realidad, sobre temas tan diversos y lo más importante, sobre cómo cambiar nuestra realidad para ser las personas que deseamos ser.
Muchas gracias, Sandra, por tu tiempo y tus respuestas.