Descripción
El poema es el fruto de la naturaleza de los hombres.
El hijo de los hombres soy
aunque no sea el hijo de dios.
Fruto del vientre maternal,
limpio de los dolores de este mundo,
sin llanto conocido
os conocí a vosotros: hombres, hijos del duelo,
de las vírgenes
que viven angustiadas por el tacto
de las heridas de los dulces cuerpos
al nacer abrazados.
Os conocí queriendo redimir
mis pecados aún no ejecutados
buscando la catarsis en vosotros
y cambió mi sustancia:
hombre desde el cubismo cincelado
que lucha por matar aquellos ángulos
que transforman las lágrimas en letras.
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