Descripción
Poemarios como este de Pedro Blanco son los que hacen que nuestro corazón lata en el pecho: la inmensa pena que un padre siente ante la pérdida de su hijo es comunicada con todo el lirismo que podemos imaginar.
Entre sus versos doloridos podemos rastrear la influencia de poetas como Miguel Hernández, Santa Teresa o San Juan, en una muestra de respeto hacia los clásicos y modernos engarzando un discurso profundo, humano y sensible; en un intento de diálogo consigo mismo y superación del dolor, el poeta se sumerge en una soledad que parece insuperable.
Es un libro directo y sin carga retórica gratuita. El dolor se transmite y se recoge como lector. El autor se esfuerza en lograr algo que consigue: rescatar y mantener la memoria de su hijo.
¡Ah, vanidad de los vivos!
¡Ah, soledad de los muertos!
Pedro Blanco Naveros nació en Huelva en 1946 y reside en Almería. Estudió en Granada, Zaragoza, San Cristóbal de la Laguna (Tenerife), Almería y Madrid. Es militar de carrera de la Guardia Civil, Licenciado en Psicología Clínica.
Ha publicado 'Veintiuna historias de amor' (Alhulia, 2010); 'El centinela que nunca duerme: El Cerebro' (Almuzara, 2011); 'La condesa de la Alhambra' y 'Cancionero flamenco' (Alhulia, 2014), rapsodia representada en Salobreña y Almería. En 2017 publica 'El Ojo Cuántico de la Conciencia'; 'De la misteriosa nada a los multiversos. ¡La increíble magia cuántica!'; y en Editorial Nazarí su nuevo libro, el poemario titulado 'Crepúsculo eviterno y Elegías de añoranza'.
Leer más sobre Pedro Blanco Naveros
Autor
Solo los usuarios registrados que hayan comprado este producto pueden hacer una valoración.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.