Descripción
Como si de un cabo se tratase, este vetusto Café se adentra en el mar como el salitre del Océano Atlántico en sus costuras de madera de roble. Está regentado por una bella mujer coraje. Ella soporta sola su gestión y al revoltijo de juventud y tercera edad que vienen a su vera a saciar su sed de compañía, afecto o por mero vicio. Viejos lobos de mar, parejas, universitarios en paro o surfistas maridan mientras contemplan el espectáculo de los estertores de las rompientes contra las rocas.
Las vicisitudes del vivir, la condición humana, la soledad tangible en un pueblo que malvive del mar son relatados por un observador privilegiado, un camarero poeta que plasma dicho devenir en un diario.
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